domingo, 21 de diciembre de 2014

viernes, 28 de noviembre de 2014

Sinfonía del ocaso

Cuando apenas concluya esta vida de ensueño
y no haya hojas secas en las ramas del sauce;
cuando no queden horas y se despida el día,
ahogada la luz tenue entre cárdenos pliegues;
cuando al fin cedan lejanos los recuerdos
garantes del principio, la verdad y el ocaso;
cuando nadie sepa estas manos a quién escribían
y queden ocultas las páginas de amor impresas;
¿quién, entonces, se acercará a la verja de hierro
y se acordará, viendo el jardín abandonado,
que allí fueron el gozo, la juventud y el tiempo?
¿Quién tendrá un momento de paz para sentarse
a leer estos renglones escritos, callado el paraje,
sumido en la niebla del olvido, y entender
que la vida acaba, nada queda y todo muere?


sábado, 15 de noviembre de 2014

Lo que nos pasa por dentro

En esta ocasión, Eduardo Punset nos ofrece una obra publicada en 2012 por Ediciones Destino. Siguiendo un poco con la línea de sus trabajos de estos últimos años, presenta una verdadera guía para enfrentarnos a la vida cotidiana a través de una completa incursión por las estancias más íntimas de la condición humana.

Saber cómo somos, es la llave maestra para entender lo que nos pasa por dentro y aprender a manejarnos por fuera. Lo que nos pasa por dentro descifra la rosa de los vientos emocional del ser humano, a la luz de lo que dice la ciencia y lo que confirman la experiencia y el testimonio de decenas de casos reales. Descubriremos cómo anida la autoestima en las personas en los primeros años de la vida, visitaremos la turbulenta adolescencia, pasaremos revista a los problemas del aprendizaje, comprenderemos los laberintos del amor, del éxito social y del mundo laboral, nos adentraremos en las maravillas de la medicina personalizada y abordaremos los desafíos del envejecimiento y el miedo a la muerte. Son nueve retos de la vida de cualquier persona, ilustrados con casos tratados por el equipo de profesionales de Apoyo Psicológico Online de la Fundación Punset -foro abierto que nació con la voluntad de contribuir al bienestar personal y evitar el estigma y el aislamiento de quienes sufren- acompañados de las siempre lúcidas reflexiones del autor.

Las dudas que atenazan al hombre a lo largo de su vida se reducen al miedo a cambiar y a la resistencia a entender cómo es el otro y cómo funcionamos por dentro. El libro pretende ser una guía optimista reforzada por la rigurosidad de los conocimientos científicos abarcando la vida desde que nacemos, nuestro crecimiento, nuestra formación, la forma de relacionarnos y el encuentro con el amor, la vida en el trabajo, en la enfermedad, en nuestra vejez e incluso cuando miramos de frente a la muerte.


Con Lo que nos pasa por dentro hemos vuelto a disfrutar de un nuevo volumen que añade un elemento más a una amplia colección en la que el autor persigue divulgar lo último en ciencia aplicada al entendimiento del interior más íntimo del hombre y, por tanto, el más desconocido. Muy interesante y recomendada su lectura a todas las edades porque, definitivamente, Eduardo Punset es el mejor narrador para la más maravillosa de las historias: la de la evolución humana.


miércoles, 5 de noviembre de 2014

Microrrelatos (16): Con tus palabras

No es cómo lo hagas, es cómo me lo digas con tus palabras. Estoy seguro de que sabes entender esta idea que me llena la cabeza desde hace tantos días. No sé cómo piensas hacerlo, no me importa. Lo que me inquieta es cómo me lo vayas a decir. Porque, aunque las palabras se las lleve el viento las más de las veces, también es cierto que hay momentos en los que se hace necesario oír declaraciones del alma que nos llenen el espíritu con aquello que se convierte en la razón cardinal para poder dar el siguiente paso en la vida. Tus palabras te representan y eso significa que cuando las dices es porque les das tu mayor credibilidad. Dime, entonces, lo que sabes que me debes decir, dime lo que sabes que necesito oír. No lo dejes pasar. Dímelo, por favor.

   

sábado, 25 de octubre de 2014

El horror de Dunwich

Acabamos de leer este relato corto escrito por H. P. Lovecraft en 1928 y publicado en 1929. Transcurre en el pueblo ficticio de Dunwich, Massachusetts. El relato narra la historia de Wilbur Whateley, hijo de Lavinia Whateley, una mujer albina y deformada, y padre desconocido, y de los acontecimientos que tienen lugar como consecuencia de su nacimiento. Todo lo que rodea a la familia Whateley está marcado por el misterio y los rumores que afirman que el viejo Whateley, padre de Lavinia, practica la brujería. Wilbur crece a una velocidad inusitada, se sospecha que está relacionado de alguna forma con Yog-Sothoth (un dios exterior), y que el granero familiar alberga a un ser extraño y descomunal que los obliga a ampliar progresivamente la construcción. Unos años después, el viejo Whateley, mentor del niño en las ciencias ocultas, fallece y Lavinia desaparece de forma inexplicable. Entonces Wilbur descubre que la edición del Necronomicón heredada de su abuelo está incompleta, y acude a la Universidad de Miskatonic para revisar la versión completa. Ante la imposibilidad de poseer el libro, o al menos de copiar la parte que necesita, una noche Wilbur intenta robarlo. Pero su incursión fracasa y muere atacado por un perro guardián. El cadáver revela lo que siempre se sospechó en el aislado pueblo de Dunwich: el joven Whateley distaba mucho de ser un ser humano “normal”. Tras su muerte, el granero explota y se desencadena lo que se conocerá como el período del horror.

Nadie, ni siquiera quienes conocen los hechos relacionados con el horror reciente, pueden decir con exactitud qué sucede con Dunwich; aunque las leyendas antiguas hablan de ritos impíos y aquelarres de los indios, en medio de los cuales invocaban a sombras prohibidas en las grandes colinas redondeadas y realizaban salvajes plegarias orgiásticas contestadas por fuertes crujidos y truenos bajo tierra.


Lo que más llama la atención en la obra de Lovecraft son sus descripciones de ambientes terroríficos y criaturas sobrenaturales. Es sobre todo lo que no vemos en Dunwich (lo que intuimos, lo que sentimos), lo que desencadena el miedo. No es una obra actual que responda a los patrones actuales de la novela de terror o suspense. Es otro estilo el que se percibe entre sus páginas y en todo caso el resultado es lo suficientemente inquietante como para atrapar a quienes prefieren este género. Es una obra de corta extensión, fácil de leer por el estilo literario que desarrolla Lovecraft. A buen seguro entretendrá al lector. 


domingo, 12 de octubre de 2014

Esta es nuestra fe. Teología para universitarios.

El hombre está hecho para la relación con Dios. En otras palabras: Está hecho para la fe. Pero, ¿qué es la fe? Los catecismos que estudiaron nuestros padres tenían una parte titulada "las verdades que debemos creer"; y, de hecho, la mayoría de los cristianos conciben la fe como el asentimiento intelectual a determinados dogmas. La estructuración de tales catecismos como un catálogo de preguntas con sus correspondientes respuestas "ortodoxas", parece incluso un intento de medir cuánto se cree. Pero todo eso significa ignorar lo que es la fe. La Iglesia siempre ha afirmado, que "la fe es el principio de la salvación humana, el fundamento y raíz de toda justificación". Pero pretender que una fe que ni siquiera sabe lo que cree pueda salvarme, ronda la magia. Hay una anécdota de Santo Tomás de Aquino ocurrida en el año 1271 en París, que expresa perfectamente este pensamiento. A uno de los participantes, que rechazaba toda argumentación y defendía una fe apoyada exclusivamente en la autoridad, le contestó: «Si resolvemos los problemas de la fe sólo por el camino de la autoridad, poseeremos ciertamente la verdad, pero en una cabeza vacía».

Quienes tienen trato con el mundo universitario suelen constatar un profundo desconocimiento en materia religiosa en unas personas que, aunque no fuera más que por coherencia con su formación y cultura en otros campos, parece que también en éste deberían tener las ideas más claras. Mucho más cuando se confiesan cristianos, que no es algo tan infrecuente como algunos piensan. Este libro, subtitulado Teología para universitarios, presenta con absoluta seriedad -en modo alguno reñida con la claridad y el buen estilo- los capítulos básicos de la fe cristiana, saliendo al paso de las acusaciones de aburrimiento, ininteligibilidad y carencia de sentido para el hombre de hoy que suelen lanzarse en este terreno. Todos cuantos deseen informarse sobre el cristianismo encontrarán en este libro las bases imprescindibles para un conocimiento actualizado del mismo; y los abundantes para proseguir su estudio.


Unos y otros terminarán de leer el libro no sólo con un mayor conocimiento, sino también con la satisfacción de haber leído una obra bien escrita por un teólogo, profesor y universitario. Se trata de Luis González-Carvajal, profesor en la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia Comillas y Director del Departamento de Teología Moral. Entre sus libros destaca “Ésta es nuestra Fe”. Teología para Universitarios. (Editorial Sal Terrae, Santander, 21ª ed., 2010), del que se han vendido casi 200.000 ejemplares en castellano y ha sido traducido a seis lenguas (inglés, portugués, euskera, chino, lituano y rumano).


martes, 23 de septiembre de 2014

Abrazar la Cruz

- El Señor lleva la Cruz al revés que los demás Nazarenos de la ciudad. Fíjate, no es como en los otros pasos. La cruceta le queda a la espalda. Lo que pasa es que no la está cargando sino que la está abrazando…



Así le explicaba un sevillano cabal a un forastero cualquiera la iconografía que se representa en el primero de los pasos de la Archicofradía de Jesús Nazareno de la ciudad de Sevilla la pasada Semana Santa. Absolutamente cierta la, breve pero certera, aclaración de lo que sucede sobre el canasto salpicado por esa miríada de rollizos querubines que parece dulcificar el tránsito hasta el Gólgota. Jesús Nazareno, el Guardián de los Hombres, toma entre sus manos, y por ende entre sus brazos, la Cruz que será instrumento definitivo para la salvación. Revestida de plata y carey, aparece colosal junto a su pobre cuerpo escarnecido, maltratado y herido con saña.

En la cartela del costero derecho del canasto del paso del Señor, nos dice San Juan en su Evangelio: Et bajulans sibi crucem, exhibit, que viene a ser en nuestro castellano: “Y tomando su cruz, salió (del Pretorio)”. Pero antes de nada tuvo que tomarla, recibirla, acogerla. Y se puede pensar que además quiso abrazarla. Pero qué contradictorio imaginar a un hombre, aún siendo el Hijo de Dios, abrazando el patíbulo en el que habría de perecer lenta y agónicamente abrumado con tormentos y fuertes dolores. Sin embargo, precisamente por su condición divina, hubo de tratar al Santo Madero con verdadera sumisión y amor sincero. No cabe otra opción. Jesús recibe su Cruz saludándola, queriéndola y a continuación la lleva sobre sus hombros con toda resignación pero también con la dignidad y el convencimiento propio de quien está seguro de su tarea salvadora, seguro de que la voluntad del Padre está detrás de la misión que se le ha encomendado. Y, aunque posteriormente, se preguntará muy fugazmente por qué ese mismo Padre le ha abandonado justo en el peor momento de su existencia, no podrá pasar por alto que, paradójicamente, lo único que le une al hogar de los mortales y lo único que le separa de la presencia eterna del Todopoderoso es precisamente la Cruz, convirtiéndose de esta forma en una parte inseparable de sí mismo y desde luego en su amiga, su compañera de suplicio y su morada final en este mundo antes de reposar en el sepulcro. Es decir, a través de la experiencia carnal de Jesucristo, el significado y el mensaje de la Cruz se transforma desde un brutal e ignominioso lugar de tortura y muerte despiadada hasta el irrefutable estrado desde el cual impartir la mayor lección de entrega y amor que jamás hayan contemplado los siglos. Cuando Jesús está prendido en los travesaños nos transmite un legado de humildad y sacrificio a Dios dictado desde su actitud, su comportamiento e incluso las pocas palabras que pudo pronunciar, y esta herencia ya nunca podrá ser olvidada en la faz de la tierra. Porque todavía hoy persiste la fuerza de aquellos instantes en que Cristo abrazó la Cruz y se ofreció a ella para morir y ser recibido en la Casa del Padre. De esta manera nos dejó el testamento de la presencia imperecedera de la cruz como aliada poderosa a la que acudir como último refugio igual que Él hizo al final de su vida terrenal. Por eso se trata de uno de sus grandes obsequios antes de la gloriosa Ascensión a los cielos. Convendría no descuidarlo y tenerlo presente, sobre todo cuando atravesamos los trances más duros y difíciles.  

La Cruz. Siempre la Cruz. Nuestra Santa Cruz en Jerusalén potenzada de gules. Lo queramos o no, nos guste o no, ella también es para nosotros compañera de viaje. Es junto con María Santísima, el mayor vínculo que tenemos con la figura del Maestro, con su vida y su ministerio. Es la referencia que nos queda del ejemplo que dejó para que el resto de la humanidad orientara su rumbo vital como Él proponía. Siendo cristianos es sustancial que sepamos reverenciarla y prestarle la suficiente atención, dejarle un hueco de nuestro tiempo y pensar en ella. Porque si permitimos que invada e impregne nuestras vidas, puede llegar a ser faro y guía, roca firme y asidero al cual sujetarnos en los momentos de tribulación que a todos nos toca vivir. ¿Quién no ha sentido alguna vez, por no decir cada día, el peso de una cruz que cae sobre nuestros hombros y es irrenunciable tener que soportar? ¡Cuántas vemos todos los días por la calle, las que nos muestran los medios de comunicación o en nuestras familias sin tener que ir más lejos! Cada uno tiene la suya. Cuando se acaba una ya está llegando otra. Siempre hay alguna. No creo que alguien se salve de la cruz. Otra cosa es darse cuenta y saberlo.

No podemos ni debemos renunciar a ella. Si renunciamos a abrazarla, estaremos renunciando a Jesús Nazareno y a sus enseñanzas, a su Pasión y Muerte, al prójimo y a nosotros mismos, y estaremos dando la espalda a uno de los más firmes argumentos del cristiano, a su icono más universal. Abracemos también nosotros la nuestra humildemente y sin condiciones. Abracémosla como lo hizo el Señor. Pensemos que además es la voluntad de Dios Padre la que nos anima a tomarla como plan irrenunciable de vida.


Santa Cruz en Jerusalén, Cruz del martirio y del triunfo de la muerte sobre la muerte, Cruz de los desfavorecidos y los oprimidos, Cruz de los pobres y los enfermos, Cruz de la desgracia humana y los olvidados. Santa Cruz en Jerusalén, baluarte y consuelo de los hombres, bendita seas por todos los siglos de los siglos.  


Laus Deo

domingo, 14 de septiembre de 2014

Jesús de Nazaret (III)

“Jesús de Nazaret: desde la entrada en Jerusalén a la resurrección”, es la segunda parte sobre la vida de Jesús de Nazaret desde el punto de vista del Santo Padre Emérito Benedicto XVI. Se centra en la madurez de Jesús, desde la entrada en Jerusalén hasta su gloriosa resurrección. Este libro recoge la parte más importante de la vida de Jesús y, por tanto, la reflexión más esperada del Papa. Se trata de una obra muy sustanciosa que no deja indiferente. Invita a pensar y reflexionar más allá de lo que cualquiera puede saber por educación o cultura general acerca de la vida de Jesucristo.

«He tratado de desarrollar una mirada al Jesús de los Evangelios, un escucharle a Él que pudiera convertirse en un encuentro; pero también, en la escucha en comunión con los discípulos de Jesús de todos los tiempos, llegar a la certeza de la figura realmente histórica de Jesús. Aunque siempre quedarán naturalmente detalles que discutir, espero sin embargo que haya podido acercarme a la figura de Nuestro Señor de una manera que pueda ser útil a todos los lectores que desean encontrarse con Jesús y creerle.»

Interesante desde cualquier punto de vista. Denso y profundo como nos tiene acostumbrados Joseph Ratzinger, merece la pena recorrer sus páginas tranquilamente, sin prisas, para encontrar en sus textos ideas y conceptos desarrollados que seguramente antes no conocíamos.

«En el gesto de las manos que bendicen se expresa la relación duradera de Jesús con sus discípulos y con el mundo. En su ascensión Él viene para elevarnos por encima de nosotros mismos y abrir el mundo a Dios. Por eso, los discípulos pudieron alegrarse cuando volvieron de Betania a casa. Por la fe sabemos que Jesús, al bendecir, tiene sus manos extendidas sobre nosotros. Esta es la razón permanente de la alegría cristiana».



miércoles, 3 de septiembre de 2014

Microrrelatos (15): Catatónico

Era un radiante día de nuestra ardua y azarosa vida. Era una hora de la mañana en que la luz bañaba cada rincón y no quedaban dudas sobre la propia existencia. Todo aparentaba orden y calma aquel día. Una llamada imprevista, una señal punzante e incómoda que aceleró mi paso por puro instinto. Inmediatamente percibí las alarmantes luces rojas parpadear a lo lejos pero además noté que se acercaban lentamente a mí y que no las iba a poder detener. Era un día en que, de repente, el mundo empezó a derrumbarse como un castillo de arena levantado en la orilla de alguna playa mientras la marea amenaza con subir. Aquel día se hizo de noche mucho antes de que el sol se recostara en el mar y por eso aprendí que con decir adiós no iba a ser suficiente. Vi caer a plomo las grandes piedras de la fastuosa portada que daba entrada a un palacio construido sobre sueños ajenos, pero dentro ya no había habitantes porque habían huido entre gritos y espantos. Yo no dije adiós, yo no me despedí, pero tampoco supe qué decir. Casi no hubo palabras. La catarsis sufrida pudo conmigo y con mis posibilidades reales de comprender el negativo de aquella foto.



martes, 19 de agosto de 2014

La ladrona de libros

Érase una vez un pueblo donde las noches eran largas y la muerte contaba su propia historia...

Publicada en 2005, la obra que nos ofrece el australiano Markus Suzak constituye una novela tremendamente humana y emocionante, que describe las peripecias de una niña alemana de nueve años desde que es dada en adopción por su madre hasta el final de la II Guerra Mundial. Su nueva familia, gente sencilla y nada afecta al nazismo, le enseña a leer y, a través de los libros logra distraerse durante los bombardeos y combatir la tristeza. Sin embargo, será el libro que ella misma está escribiendo el que finalmente le salvará la vida.

Lo primero que nos llama la atención de esta novela es su narrador, mejor dicho, su narradora: la Muerte, pero la Muerte en medio de la Alemania nazi. Ella es la que nos cuenta en primera persona la historia de Liessel mientras descubre el placer de la lectura y el horror de la guerra. Una serie de personajes entrañables pueblan las páginas de esta novela: Rudy, el niño con el que Liessel entabla una gran amistad, que está obsesionado con Jesse Owens; Max, el ex-púgil judío que permanece escondido en el sótano; Hans, el pintor de brocha gorda y músico aficionado que ejerce como padre de Liessel; Rosa, la madre de acogida perpetuamente enfadada; la mujer del alcalde, y un largo etcétera, en el que destaca por encima de todos Liessel, rebautizada como la “ladrona de libros” dada su afición a recoger todos los libros que se cruzan en su vida y gracias a los cuales podrá regalar palabras a todos aquellos que lo necesiten. La novela tiene una enorme capacidad de emocionar a través de la forma tan particular de actuar de Liessel. Y al final es capaz de robar a cualquiera el corazón, incluido el lector, por supuesto.

Markus Zusak ha escrito una novela sobre "ese pequeño porcentaje" de alemanes que existió de verdad y que se negó a respaldar los postulados de Hitler y que estuvo dispuesto a arriesgar su vida y la de sus familiares por ocultar a un judío en su vivienda. La hemos leído hace muy pocos meses y podemos afirmar que es un cálido homenaje al poder de las palabras, ya sea utilizado con fines bondadosos o maquiavélicos. Las mismas palabras que podían confortar a los vecinos de Liessel durante las noches de bombardeos o que podían arder dentro de los libros consumidos en las piras durante los actos de exaltación nazi.


La novela se ha convertido en un fenómeno editorial tras su aparición en inglés, y a los pocos días de ser editada en español por Lumen figura ya entre los libros más vendidos en España habiendo llegado a la gran pantalla con notable éxito en taquilla.


domingo, 3 de agosto de 2014

El valor de la voluntad

Si partimos de la idea de que la Voluntad es  la facultad que tiene el hombre para decidir y ordenar su propia conducta, pudiendo con ello realizar una acción de forma consciente con la intención de obtener un determinado resultado, es fácil suponer que siendo dueño de su voluntad también lo pueda ser, en gran medida, del devenir de su vida ya que la voluntad es el motor de sus actos. Dice un proverbio que Donde hay voluntad, hay un camino.

Cuando hay voluntad podemos gobernar intencionadamente nuestros actos, decidir con libertad y optar por un tipo de conducta determinado. Por tanto, la voluntad es el poder de elección con ayuda de la conciencia.


Es uno de los conceptos más difíciles y debatidos de la filosofía. La voluntad es fundamental para el ser humano, pues lo dota de capacidad para llevar a cabo acciones contrarias a las tendencias inmediatas del momento. Sin voluntad no se puede lograr objetivos planeados.

Cuando actuamos nos orientamos por todo aquello que aparece como la mejor opción, desde las actividades recreativas hasta el empeño por mejorar en el trabajo, sacar adelante a la familia o ser productivos y eficientes. La voluntad opera principalmente en dos sentidos:

  • De manera espontánea, debido a la motivación y el convencimiento de realizar ese algo, como salir a pasear con alguien, iniciar una afición o pasatiempo, organizar una reunión o asistir a un entrenamiento.
  • De forma consciente, debido al esfuerzo u obligación de realizar determinadas cosas: terminar un informe a pesar del cansancio, estudiar una materia que no gusta o presenta dificultades, recoger las cosas que están fuera de su lugar, levantarse a pesar del sueño, etc. Todo esto representa un ejercicio de voluntad, porque se llega a la decisión de actuar contando con los posibles inconvenientes.


Otra cuestión a tener presente es si se puede simultáneamente observar lo que se desea hacer y además tener conocimiento de las razones por las que se elige hacer eso en lugar de otra cosa. Las interrogantes más profundas sobre la existencia humana giran a menudo alrededor de las cuestiones que se refieren a la voluntad.

El aspecto que llama más la atención es que seamos conscientes de realizar algo con intención a pesar de las adversidades que vienen con la vida, de las dificultades presentes a diario, de los contratiempos muy personales y los oscilantes estados de ánimo de cada uno. La voluntad se pone a prueba cada vez que debemos esforzarnos en realizar ciertas tareas que no son tan apetentes, como terminar un trabajo a pesar del cansancio, estudiar una materia que se nos hace difícil, arreglar la casa, levantarnos temprano, etc.


En muchas ocasiones, algo que iniciamos con toda voluntad, al poco tiempo -sea por dificultades o rutina- puede llegar a convertirse en un verdadero reto. Llegados a este punto nos enfrentamos a la disyuntiva de abandonar o continuar, y entonces vuelve a ponerse en juego nuestra voluntad para seguir.

La voluntad interviene cuando realizamos una serie de acciones para conseguir una meta, con representaciones en la mente sobre algo particular. Puede ser un pensamiento abstracto, un elemento concreto, existente o incluso aparente. Por alguna razón este pensamiento se vuelve valioso y es cuando se transforma en un fin que alcanzar requiriendo un esfuerzo, consistencia, motivación y dedicación para mantener dirigidas las acciones hacia el cumplimiento del objetivo.

La voluntad es el motor de los demás valores, no sólo para adquirirlos sino para perfeccionarlos. Ningún valor puede cultivarse por sí solo si no hacemos un esfuerzo, pues todo requiere pequeños y grandes sacrificios realizados con constancia.


miércoles, 2 de julio de 2014

Cuarenta versos sin nombre

Paseando esta noche tibia de luna llena hermana
por los humedales verdes en punta y flecha,
disgrego mis pensamientos con torpeza
mientras los pliegues cárdenos envuelven
cual dieciochesca mortaja, la piel de mi cuerpo.

No sé si ya lo he escrito, pero camino solo
y sin embargo vosotros venís eternos conmigo
y yo no os veo, no os puedo ver y sé que estáis,
venís a mi lado, a veces amigos y siempre enemigos
del amor, de la vida, del corazón, del agua y el dolor.

Vosotros estáis, siempre estáis serenos alrededor
respirando, mirando, callando y acechando
porque sois exánimes alimañas locas de hambre,
insaciables por vuestra zozobra y destino,
qué destino, qué implacable destino: el olvido.

Al cruzar esta calle de sueños abandonados
se mezclan las botellas vacías, los sacos mojados
y la fuerza macabra de un joven hecho astillas,
y aquí estáis, conmigo, rompiendo cristales
para gritarme a voces que nada de esto vale.

Erais valientes, héroes, villanos, náufragos,
y se os apagaron las velas del sombrero
y os quedasteis hartos de odio y demencia,
estáis pero no veis, no veis el mar y la arena,
ya no podéis ver vuestras huellas en la bajamar.

La madreselva y el jazmín desvelados me arropan,
testigos mudos de las puertas blancas cerradas
y los techos caídos sobre las camas blandas
en que durmieron inocentes los sexos anteriores,
y una mano acariciaba con ternura pechos de miel.

Espeluznantes gárgolas marinas de esta catedral
en ruinas que llora poemas vencidos y cuentos ocres
de un reino lejano azotado por vientos grises recios.
No tenéis razón, no tenéis razón piedra sobre piedra,
ese reino ya no tiene dueño, princesa ni razón.

Esta noche de sencillo insomnio y largo paseo
en que el peor gótico me ha salido al encuentro,
he aprendido a verter mejor mi sangre agotada,
he recordado que quizá soy el padre sin madre
de vuestro desvarío, de vuestras artes fatales.

jueves, 19 de junio de 2014

El día D: la Batalla de Normandía

“Cuesta trabajo creer que en pocas horas empezará la invasión a través del canal. Me siento muy inquieto ante esta operación. En el mejor de los casos el resultado quedará muy, muy lejos de las expectativas de la mayor parte de la gente, esto es, de aquellos que no tienen ni idea de las dificultades que entraña. En el peor de los casos quizá acabe siendo el desastre más espantoso de toda la guerra”. Alan Brooke, mariscal de campo británico, 5 de junio de 1944.

Coincidiendo con la reciente celebración del 70 aniversario del Desembarco de Normandía, quisiéramos comentar unas líneas sobre el que nos parece el mejor volumen que se ha escrito hasta la fecha sobre el acontecimiento.

Antony Beevor, oficial retirado del Ejército Británico, nos ofrece una minuciosa revisión de la Batalla de Normandía en este ensayo publicado en 2009 por la Editorial Crítica. Un libro con voluntad de ser referente y que, sin duda alguna, lo será. Se trata de una poderosa narración difícilmente superable que le permite alcanzar justa fama mundial. Es muy posible que el secreto de su éxito se encuentre en su portentosa capacidad para dotar de carne y sangre, de vida, a las criaturas históricas que pueblan el libro. Tras largos años de trabajo en archivos que sus predecesores no pudieron consultar (más de treinta, en media docena de países), ha escrito lo que nos parece una obra total sobre la experiencia de la guerra: los preparativos de la invasión de Normandía por las fuerzas aliadas, la disciplinada resistencia de los soldados alemanes, el enfrentamiento, terrible, en las cabezas de playa, el penoso avance en territorio francés con batallas tan fieras como las que se libraban en el frente oriental, o el calvario de los civiles franceses masacrados por ambos bandos. 

A grandes rasgos, se disecciona la conquista de Normandía y el camino hacia París, los acontecimientos que se desarrollan entre el 6 de junio y el 25 de agosto de 1944. Ni más ni menos. De este modo, una vez aseguradas las cabezas de playa, seguimos a los ejércitos norteamericano y británico-canadiense; los primeros, hacia Saint-Lô, la conquista de la península de Cotentin y el camino hacia Bretaña; los segundos, hacia Caen, Falaise y el camino a París. Un París por el que Eisenhower tenía pensado pasar de largo, para dirigirse a la frontera alemana. Pero los acontecimientos fueron cambiando, semana a semana, en función de los resultados militares, y la apuesta por París –la carrera que Patton y Montgomery, con los franceses de De Gaulle y Leclerc uniéndose casi al final– fue ganando enteros a partir de mediados de agosto.

El texto está acompañado de numerosos mapas y planos además de una buena colección de fotografías que ayudan a ilustrar merecidamente al lector los sucesos descritos en la narración.

En la presentación del libro, Beevor declaró que la batalla de Normandía ha sido mitificada por culpa del cine y la televisión, y que mucha gente tiene un concepto erróneo de lo que en realidad significó el desembarco de las tropas aliadas, sin distinguir entre realidad y ficción. No fueron héroes todos los que participaron en el desembarco. Nos habla de las víctimas civiles, los franceses que sufrían bajas por parte de los dos contendientes, el penoso avance por el territorio francés, las miserables disensiones entre los jefes militares, y lo peor de cualquier guerra: los heridos, los desnudos y los muertos. A través de cartas privadas, diarios de soldados y antiguas entrevistas, el historiador ha podido reconstruir este sangriento episodio de nuestra historia, de la historia de todos. Beevor continúa con su particular mezcla de rigurosidad histórica junto con una especial habilidad para conectar con los protagonistas de la Historia, logrando un complejo equilibrio entre los aspectos personales y los detalles bélicos de la contienda. El peligro es que el conocimiento histórico de la mayoría de la gente procede de películas y series de televisión, más que de los libros. Vivimos en una sociedad post literaria donde la imagen es más importante y poderosa que la palabra.


Un libro muy recomendable para aquellos amantes de la historia y de la Segunda Guerra Mundial, que rompe algunos mitos y que ofrece nuevos puntos de vista poniendo en su justa medida lo que se ha denominado  “el día más largo”.


Antony Beevor


domingo, 8 de junio de 2014

Rocío, Luz del Rocío.

Ave, María, Rocío, la llena de gracia, bendita Tú entre todas las mujeres que ha habido y que habrá, y aún más bendito el fruto de Tu vientre, el Pastorcito Divino del Rocío. Santa María, Rocío, Inmaculada, siempre Virgen, colaboradora preciosa de la Redención de la humanidad y del nacimiento de la Iglesia, Madre de los Apóstoles, partícipe y excepcional beneficiaria de la primera Pentecostés cristiana, Madre de la Iglesia, la del dulce Tránsito, la Asunta al Cielo, Reina de Cielo y tierra y Mediadora universal de todas las gracias, y nuestra Esperanza, nuestro Auxilio, nuestro Consuelo, nuestra Ternura y nuestra compañerita en las cosas del Señor. Santa, más que Santa, María, Rocío, Madre de Dios, Madre nuestra, Madre mía de mi alma y de mi corazón, ruega por nosotros pecadores ahora, ruega en la hora de nuestra muerte y danos Tu mano cuando llegue. Que así sea para vosotros y para mí. 

Escrito por D. Manuel Perales para el Pregón de la Hermandad del Rocío de Guadix en 2010.


Casa Hermandad de La Palma del Condado.

Pocito del Rocío.

Ermita de Ntra. Sra. del Rocío.

Imagen de la Virgen del Rocío en el Real de la aldea.

sábado, 31 de mayo de 2014

Microrrelatos (14): Ausencias

Al volver en sí una mañana tibia se dio cuenta de que aquel maravilloso tiempo para comunicarse tantas palabras estaba agotado. Había llegado el momento de cerrar capítulo como tantas veces antes había hecho en su vida. Ahora y para siempre, decenas de gratos recuerdos anidarían perennes en su cabeza. Después, alguien que le apreciaba le recordó sabiamente la hermosura de aquel rayo de luz que había estado iluminándole a lo largo de aquel camino. También sabía eso, y lo agradecía de veras. Sin embargo, lo que de verdad le pesaba en el alma eran las enormes ausencias recién estrenadas, una por cada tarde del último invierno. El crujido del paso del tiempo se convirtió en el mejor bálsamo. Y dicen que sus lágrimas interiores fueron fieles testigos. 


domingo, 18 de mayo de 2014

El sueño de mi desvelo

En este volumen, Antoni Daimiel nos trae anécdotas y testimonios como testigo de lujo de los últimos quince años de la NBA en España. Se trata de una mirada muy personal a los tres últimos lustros de redescubrimiento, fantasía, fusión y excelencia del baloncesto de la NBA. Al autor le llegó hace más de quince años la oportunidad televisiva de trasladar, contar y explicar un mundo de fantasía teniendo que sacrificar para ello sus patrones fisiológicos y sus relaciones más personales. Junto al recordado Andrés Montes, Daimiel cambió de rutina y buscó refugio en la madrugada para administrar la cercanía progresiva de la mejor liga de baloncesto del mundo y de sus protagonistas, las retransmisiones en directo y el éxodo de jugadores españoles a la competición estadounidense. Viajes a Estados Unidos repletos de anécdotas y recuerdos con los Chicago Bulls de Michael Jordan, con la irrupción de Tim Duncan y sus títulos con los San Antonio Spurs y el regreso de la gloria a Los Angeles Lakers con Phil Jackson. Un proceso cronológico de cómo la NBA, una ensoñación lejana y galáctica, se ha convertido en una competición con un papel protagonista de varios jugadores españoles, seguida con extraordinario interés por una amplia comunidad de aficionados que no para de crecer desde la contundente llegada de Pau Gasol, y su década prodigiosa, hasta el reciente impacto mediático de Ricky Rubio. Encontramos historias del periodismo deportivo, de la televisión, del baloncesto. Relatos de viajes, perfiles deportivos, sociales y personales de las estrellas de la NBA, antecedentes penales y crónica rosa y negra de los mejores jugadores del mundo completan este universo.

Si te gusta la NBA es un libro muy recomendable pues repasa lo más importante de la liga desde 1995 hasta la actualidad. Si te gusta la NBA, el libro se hace corto. Cuando lo coges no lo puedes dejar, es difícil que te dure más de dos días. Está escrito de una manera amena pero a la vez con una pluma de calidad y al terminarlo deja con ganas de más. De mucho más.

Sin embargo, no puedo ocultar mi decepción al comprobar que un trabajo como el que tratamos no mencione ni un ápice del título conseguido en la temporada 2007-2008 por la franquicia más importante y laureada de la liga como son los Boston Celtics. Aunque sólo fuera por el interés –quizá desmedido en mi opinión- demostrado por la figura de Pau Gasol, creo que habría sido muy justo haber mencionado este acontecimiento que supuso un triste bache en la carrera de Gasol. Porque también Gasol ha tenido sus baches, como todos los buenos jugadores que se precian. Definitivamente, no es razonable haber dejado pasar esa increíble temporada llena del buen baloncesto que desarrollaron Pierce, Garnett, Allen y compañía.

martes, 29 de abril de 2014

La infancia de Jesús

La infancia de Jesús’, es el esperado tercer volumen de los libros escritos por Joseph Ratzinger, Papa emérito Benedicto XVI, sobre la vida de Jesucristo. En esta obra trata el origen, la infancia y la juventud de Jesús. Con él, finalmente puede entregar en las manos de los lectores el libro prometido desde hace largo tiempo sobre los relatos de la infancia de Jesús. No se trata de un tercer volumen sino algo así como una antesala a los dos volúmenes precedentes sobre la figura y el mensaje de Jesús de Nazaret que han sido best sellers en todo el mundo. El libro, de 176 páginas, se compone de cuatro capítulos, un epílogo y una breve premisa. Traducido a 20 idiomas y publicado en 72 países, este tercer volumen de 'Jesús de Nazaret' sigue al primero publicado en 2007 sobre 'La vida pública de Jesús' y al segundo, publicado en 2011 acerca de 'La pasión y muerte de Jesús'.
 
El primer capítulo está dedicado a la genealogía del Salvador en los evangelios de Mateo y Lucas, muy diferentes uno del otro, pero ambos con el mismo significado teológico-simbólico: la colocación de Jesús en la historia y su origen verdadero como principio; un nuevo inicio en la historia del mundo. El tema del segundo capítulo es el anuncio del nacimiento de Juan Bautista y el de Jesús. Joseph Ratzinger, releyendo el diálogo entre María y el arcángel Gabriel según el evangelio de Lucas, explica que, a través de una mujer, Dios busca “una nueva entrada en el mundo”. Para liberar a la humanidad del pecado, escribe, citando a Bernardo de Claraval, Dios necesita “la obediencia libre” a su voluntad. “Creando la libertad, Dios, de alguna manera, se ha hecho dependiente del hombre. Su poder está unido al “sí”, no forzado, de una persona humana”. Y así, solo gracias al asenso de María puede comenzar la historia de la salvación.

El tercer capítulo está centrado en el acontecimiento de Belén y en el contexto histórico del nacimiento de Jesús: el impero romano que -bajo Augusto- se extiende de Oriente a Occidente y, con su dimensión universal, permite la entrada en el mundo de un “portador universal de salvación” es, efectivamente, “la plenitud de los tiempos”. Los elementos del relato del nacimiento están llenos de significado: la pobreza en la cual “el verdadero primogénito del universo” elige revelarse y  “el esplendor cósmico” que envuelve el pesebre; el amor especial de Dios por los pobres que se manifiesta en el anuncio a los pastores; y las palabras del Gloria, objeto de traducciones controvertidas.

A los Reyes Magos, los sabios que vieron surgir la estrella “del rey de los judíos” y fueron a adorarlo y a la fuga a Egipto, está dedicado el cuarto capítulo. Las figuras de los “magos” -reconstruidas a través de una amplia gama de informaciones histórico-lingüísticas y científicas- están dibujadas como un emblema fascinante de la inquietud, de la búsqueda y de la expectativa interior del espíritu humano.

Por último, el epílogo, con el relato -según el evangelio de Lucas- del último episodio de la infancia de Jesús; de la última noticia que tenemos antes del principio de su vida pública con el bautismo en el río Jordán. Es el episodio de los tres días, durante la peregrinación de Pascua, en que Jesús, con doce años, se aleja de María y de José para quedarse en el Templo de Jerusalén discutiendo con los “doctores”. Él, que “crecía en sabiduría, edad y gracia”, se manifiesta aquí en el misterio de su naturaleza de verdadero Dios y, al mismo tiempo, de verdadero hombre que “piensa y aprende de modo humano”.

Distinguiendo lo esencial de lo secundario, el Papa recuerda que los Evangelios no mencionan el buey ni la mula en la gruta de Belén. Su presencia en las representaciones populares refleja una profecía sobre Israel. Del mismo modo, Benedicto XVI confirma, como experto, que el nacimiento de Jesús tuvo lugar entre los años 7 y 6 antes de Cristo. Es bien sabido que la discrepancia con el año cero es un error de datación del monje Dionisio, encargado de cambiar del calendario de Augusto al de Jesucristo.


El Papa concluye su libro afirmando que las palabras de Jesús son siempre mayores que nuestra razón. Superan siempre nuestra inteligencia. La tentación de reducirlas, de manipularlas para hacerlas entrar en nuestras medidas es comprensible, pero la exégesis bíblica correcta debe tener “la humildad de respetar esa grandeza que, con frecuencia nos supera”.


jueves, 17 de abril de 2014

Semana Santa: Madrugada de Viernes Santo

Con la emotiva saeta a la Santa Cruz desde el balcón, empezaron a salir los primeros nazarenos. Eran de color negro, muy altos y afilados, serios, de mirada al frente, inmóviles -sólo con los movimientos necesarios y pausados-, de aspecto estremecedor pero que sin embargo invitaba a un reconfortante recogimiento interior. El paso del Señor representaba a Jesús abrazando la Cruz al modo inverso a como lo hacen el resto de Nazarenos que salen en procesión. La expresión de su semblante era la más amorosa y dulce, como si quisiera decir: “Ven conmigo, acompáñame con tu cruz y llévala mansamente como yo hago, sígueme y te aseguro que podrás ver el Reino de mi Padre por toda la eternidad.

Ntro. Padre Jesús Nazareno. Hermandad del Silencio. Sevilla.

sábado, 12 de abril de 2014

El primero de los días

Desde hace varios meses, el niño ve pasar las hojas del calendario que hay en la cocina de sus abuelos, con la conciencia plena de lo que tan lenta y lejanamente siente aproximarse a su más cercana realidad. No hace falta que nadie le diga que una hermosa mañana verá a su madre planchar primorosa la blancura de su túnica. Tampoco será necesario que alguien le recuerde el sagrado nombre del primer día de esa sucesión gozosa de días que con los años se convertirán en la más principal razón de su existencia. Nada de eso será necesario porque desde hace algún tiempo lo lleva impreso a fuego en lo más puro del alma. El niño volverá a encontrarse con el escenario de siempre, las mismas calles, los mismos naranjos, la misma luz, el mismo perfume y los mismos sones. Todo se repetirá haciéndose irrepetible. Pasará ante la ciudad que lo vio nacer, vestido de blanco solemne dentro de la clausura de su antifaz y entonces todo su ser se llenará hasta las mismas médulas de ese asombro que lo eleva y sublima sin descanso desde que tiene conciencia. Será su particular retorno a las más vetustas esencias, será la vuelta a las más profundas raíces. Será como volver a ser.