martes, 28 de junio de 2011

¿Quién fue Don Guillermo Sundheim? (II)

Durante el tiempo que duró su relación con la Río Tinto Company, se había construido un chalet en la playa de Punta Umbría para pasar los veranos, por lo que sin duda puede ser considerado como el primer turista que llegó a estas tierras y como su definitivo descubridor. Sundheim sugirió al Staff de la compañía inglesa que esta playa era el lugar ideal para descansar y rehabilitarse, respirando aire puro y fresco tan necesario para los que trabajaban en las condiciones insalubres propias de las minas. Sundheim explicaba a los ingleses las maravillas del lugar: doce kilómetros ininterrumpidos de playa de fina arena dorada, bordeada por dunas con un bosque de pinos y un mar de aguas cristalinas. La temperatura no podía ser mejor, los inviernos eran cortos y templados, y muy suaves los veranos por la brisa del mar. El fondo de la playa era muy plano y descendía ligeramente por lo que un bañista podía adentrarse más de cien metros sin que el agua le cubriera y tampoco había fangos ni piedras. De esta forma “vendió” las bondades de la playa a los británicos comenzando a partir de entonces el nacimiento del pueblo de Punta Umbría y todo su posterior desarrollo turístico. Los directivos ingleses, una vez visitada la zona, quedaron sorprendidos y admirados de tanta belleza y después de los oportunos trámites, el 22 de septiembre de 1896 el Gobierno Español firmó Real Orden autorizando la ocupación de los terrenos.

Playa de Punta Umbría (Huelva)

Entre sus actividades destaca singularmente su vinculación al desarrollo ferroviario de la provincia, hasta tal punto que, en una u otra medida, la figura de Guillermo Sundheim se encuentra tras el establecimiento de las tres líneas más relevantes que cruzaron el territorio provincial en el siglo XIX: la línea de Sevilla a Huelva -definitivamente inaugurada en marzo de 1880- , la línea de Río Tinto a Huelva y la línea de Zafra a Huelva –inaugurada el primero de marzo de 1889-. Así, en 1875 compra los derechos de construcción de la línea hacia Sevilla, que a su vez los vende a MZA. Un año después compró -a nombre de Sundheim & Doetsch- la concesión de la línea a Zafra. De forma paralela contribuyó también a la construcción de las estaciones distribuidas a lo largo de los tres nuevos trazados que ponían en contacto la ciudad con los destinos nombrados.

Es fácil darse cuenta de que de sus ambiciosas iniciativas empresariales e industriales salieron beneficiados la ciudad de Huelva y el enclave minero de Río Tinto. Pero además, la villa de La Palma del Condado. La principal contribución de Sundheim consistió en hacer pasar por ella el ferrocarril Sevilla-Huelva -aprovechando la plataforma que ofrecía la línea que procedía de Río Tinto y que ya pasaba por La Palma- y construir una de las más activas estaciones gracias a la cual se asentó un importantísimo núcleo industrial de bodegas y tonelerías, que terminó repercutiendo positivamente en todos los órdenes de la vida económica y social de La Palma.

Sundheim desempeñó durante varios años el cargo de cónsul de Alemania, fue vicepresidente de la Junta de Obras del Puerto de Huelva casi dos años entre 1895 y 1897 e intervino en otros muchos sectores de la economía provincial llegando a convertirse, además, en factotum imprescindible en la vida social y cultural de la provincia de Huelva: adquirió una gran cantidad de propiedades agrarias e inmobiliarias, ejerció como banquero, promovió la instalación en el municipio de Huelva de establecimientos fabriles para la producción de mármol, aceite, harinas, ladrillos, vinos, etc..., fundó la Sociedad Atlántica para beneficio y renovación del sector pesquero, modernizó el puerto onubense, propuso la creación de la segunda Caja de Ahorros de España, proyectó unos altos hornos, acercó comercialmente nuestra provincia a la vecina Portugal, potenció ateneos culturales, fundó variadas empresas -metalúrgicas, salineras, transportes...- con su socio Don Enrique Doetsch-, etc...

En el plano cultural su contribución fue si cabe más destacable teniendo en cuenta la desidia de las autoridades de entonces. Fue uno de los impulsores en la ciudad de los actos de conmemoración del IV Centenario del Descubrimiento de América -conmemoración que él mismo organizó valiéndose de su influencia en las cúpulas políticas madrileñas-, por lo que promovió la construcción del Hotel Colón –de esbelta y elegante arquitectura- que se comenzó a construir en 1881 y se inauguró el 26 de junio de 1883, fomentó el conocimiento del entonces semiabandonado entorno del Monasterio de La Rábida o las playas de Punta Umbría como ya se ha comentado. De su impronta quedó también la ayuda en la fundación de instituciones tan importantes para la ciudad como la Real Sociedad Colombina Onubense (1880), el Huelva Recreation Club (1889) fundado en el Hotel Colón y que se convirtió más tarde en el Club de Fútbol Recreativo de Huelva, la potenciación de diversos ateneos culturales como la "Sociedad Onubense de Amigos del País" de la que fue su presidente o la creación de la finca de recreo “Villa-Onuba” –localizada entre Galaroza y Fuenteheridos- para su uso y disfrute en donde hoy se puede encontrar un auténtico jardín botánico de gran interés ecológico.
Aspecto exterior de la Casa Colón

Jardines interiores de la Casa Colón

También poseía finca en el entorno de Peguerillas –a la que se accede desde la carretera N-431- donde levantó suntuosa vivienda que a su muerte pasó a manos de la Marquesa de Barbate y posteriormente a sus descendientes para acabar en las de la muy onubense familia Vázquez Limón que hace unos 20 años se deshizo de ella. Desde entonces su estado de abandono y degradación es muy lastimoso siendo lugar de depósito de basuras, escombros y otras calamidades indignas de un lugar que en su tiempo fue noble espacio de descanso y recreo. No obstante, hace unos días hemos recibido la grata noticia de que la familia Cabrera la ha adquirido con el firme propósito de rehabilitarla respetando la fachada y adecentarla con todo su empeño y de esta manera recuperar una singular pieza arquitectónica que forma parte de la historia de Huelva.

Casa en el entorno de Peguerillas

sábado, 25 de junio de 2011

La fiesta de San Juan Bautista en Alosno

Como cada 24 de junio, se celebra en el pueblo onubense de Alosno la festividad de su patrón San Juan Bautista. Junto con la Cruz de Mayo es la fiesta más importante del calendario anual. Y desde luego estos días en Alosno todo gira entorno a San Juan. Sólo hay que darse un paseo por el pueblo y contemplar el ambiente festivo y la presencia del santo en azulejos, fotos, carteles y colgaduras.




Anuncia la fiesta el pregonero en la Plaza de la Constitución el día 23 al anochecer.


Luego comienzan los festejos a partir de las cinco de la madrugada, con la llamada alborá en la que flauta y tamboril, junto con todos aquellos devotos que lo deseen, convocan a la puerta de sus domicilios a las personas del pueblo más destacadas por su relación con el patrón. Los vecinos reciben entonces a la comitiva y entre vivas al santo ofrecen aguaillos -bebida refrescante compuesta de agua con aguardiente y algo de azúcar- a los visitantes. De esta manera se quiere representar el despertar del pueblo y así se continúa hasta que llega la hora de salida de San Juan de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de Gracia cuya torre está engalanada con largas y vistosas colgaduras en rojo y blanco.


A las 10 de la mañana sale la procesión iniciando un recorrido que le llevará por las principales calles en donde será recibido con todo el fevor y la devoción. El paso del santo es llevado por hombres mediante diez maniguetas.



Frente a él realizan sus danzas particulares los cascabeleros, conjunto de 19 hombres vestidos con el traje típico. Guiados por la melodía inconfundible de flautas y tamboriles, los cascabeleros no paran de bailar en ningún momento dos de las diez mudanzas que se conocen- la primera y la folía- y más tarde el fandango parado. En estos bailes el juego de pies es muy importante y por eso llevan ajustados en los tobillos tiras de cuero con numerosos cascabeles que hacen sonar al compás del paso que se marque. Además llevan en las manos castañuelas aderezadas con madroños de los que cuelgan tiras blancas, rojas y amarillas que dan mucho colorido al conjunto. Danzas cuyo origen no se sabe con exactitud pero pudieran ser tartésicas.




La folía se baila en muy escogidos lugares del itinerario. Es la apoteosis de la danza y entonces el paso de San Juan es alzado por sus portadores y durante varios minutos aguantan así mientras que los cascabeleros alzan también sus brazos haciendo sonar vigorosamente las castañuelas y los cascabeles a la vez que avanzan hacia el paso y vuelven a retirarse, repitiendo varias veces este recorrido. Por último está el fandango parado que quiere recordar una lucha entre dos hombres por el amor de una mujer, pero después de medir sus fuerzas y su equilibrio se dan cuenta de que es mejor sellar la paz y acaban fundiéndose en un emocionante y conciliador abrazo.



Siendo una fiesta de marcada componente masculina -como la Cruz de mayo es de carácter femenino- la mujer también tiene su sitio y forma parte de la procesión ataviada con su traje típico llamado de jueves de comadre. Toda una joya artística.



Acompaña en la comitiva representación de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Alosno que aún no posee carta de filiación con la Matriz de Almonte.


A lo largo del recorrido es fácil encontrar colgaduras de los balcones con mantelerías y colchas de cortadillo y otros estilos de factura exquisita y laboriosa. Por supuesto no cesan las abundantes lluvias de pétalos rojos y blancos. También veremos cruces de forja colocadas en las fachadas. Ante ellas se arrodillan los cascabeleros lanzando vivas a su patrón.






Sobre las dos de la tarde hace su entrada en la parroquia toda la procesión. Entonces los corazones alosneros se desbordan y el paso de San Juan es devuelto a su templo inundado de pétalos de flores entre vivas, aclamaciones, folías, cascabeleros bailando casi sin fuerzas después de varias horas, y rostros emocionados que lo dicen todo a través de los ojos bañados de lágrimas reflejo de las alegrías y las penas del alma.


Inmediatamente se celebra misa de acción de gracias y a continuación los cascabeleros bailan por última vez el fandango parado frente a la estatua que homenajea a los hombres alosneros que han sido y serán cascabeleros danzantes en honor a su patrón.


Fiesta devocional muy peculiar y auténtica, arraigada en el tiempo. Conservada a través de los siglos en una comarca como la del Andévalo onubense ligada a la minería y mal comunicada históricamente lo que le ha permitido permanecer poco alterada con los años. Tanto que todavía se pueden ver las famosas esquinas de acero en la calle Real como nos recuerda el conocido fandango mil veces cantado.


Volveremos a la fiesta de San Juan Bautista de Alosno entre buena gastronomía y mejores amigos.


¡¡¡ Viva San Juan Bautista !!!

martes, 21 de junio de 2011

¿Quién fue Don Guillermo Sundheim? (I)

Don Guillermo Sundheim y Giese nació el 3 de julio de 1840 en la localidad alemana de Giessen, perteneciente al Gran Ducado de Hesse Darmstadt, en el seno de una importante familia vinculada al comercio y las finanzas.

Tras un corto periodo de tiempo en Inglaterra, llegó a Sevilla, a la edad de 24 años, representando importantes casas de comercio extranjero e incorporado como accionista a la sociedad mercantil Rubido, Sundheim y Compañía y, por fin, en 1865, se situó en la villa de Huelva, atraído por su compatriota Heinrich Doetsch, que se convirtió en su socio y posteriormente en consuegro, con quien fundó la casa de comercio de Sundheim & Doetsch, sostén jurídico y financiero de la mayor parte de sus iniciativas empresariales a partir de ese momento.

Grabado de Don Guillermo Sundheim
Tanto Sundheim como Doetsch seguían los pasos de otros extranjeros, fundamentalmente británicos, franceses y alemanes, dedicados al comercio o al ejercicio de profesiones liberales vinculadas a la minería, que habían llegado hasta la provincia de Huelva desde los años cuarenta atraídos por la puesta en valor de sus reservas minerales. Uno de estos extranjeros, el alemán Jorge Rieken y Gesdes, parece haber sido quien introdujo a Sundheim en la península; circunstancia que se puede deducir no sólo de sus interconexiones empresariales, sino también de su estrecha amistad personal y de sus relaciones familiares, puesto que Rieken estaba casado con Doña Concepción de la Cueva, hermana de la que habría de ser futura esposa de Sundheim. En virtud de estos vínculos, en 1866, Guillermo Sundheim contrajo matrimonio con Doña Justa de la Cueva y Campo-Redondo. Distinguida joven oriunda de La Palma del Condado y residente en Huelva. Era hija del señero palmerino y Gobernador Don Fernando de la Cueva y Cáceres, importante personaje de la política y las finanzas de gran renombre en la provincia, y nieta del no menos destacado palmerino Don Justo de la Cueva y Vargas, célebre ganadero y acérrimo esparterista. El ingreso del joven alemán en este círculo parental le permitió integrarse en la pujante sociedad onubense de aquellos años con una inmejorable tarjeta de presentación.

Tuvo con Doña Justa cuatro hijos, todos nacidos en Huelva: Guillermo, Justa, Fernando y Carlos. En un principio vivieron en la onubense calle Monasterio -actual Vázquez López-, para después construirse una lujosa mansión en la que con el tiempo se denominó “Alameda Sundheim”, en los terrenos que hoy ocupan el colegio Funcadia y el edificio de la ONCE. Cuentan las crónicas de la época que en ella pernoctó, en marzo de 1882, el mismísimo Rey Alfonso XII en visita que el monarca efectuó a la cuenca minera y la capital, siendo recibido por Sundheim en la puerta de su casa, donde estuvo cenando junto con las autoridades de Huelva y en compañía del matrimonio Sundheim.

Calle Vázquez López, antigua Monasterio 

Edificio de la ONCE donde estuvo la casa en la que vivió Don Guillermo.

A través de la firma Sundheim & Doetsch, construyó todo un entramado empresarial que se caracterizó no sólo por el volumen de sus inversiones, sino, sobre todo, por la diversificación y altura de éstas. En todo caso, el ámbito de acción prioritario de ambos socios fue siempre la minería, sector en el que llegarían a alcanzar un protagonismo irrecusable: monopolizaron prácticamente la producción y comercialización del manganeso e intervinieron decisivamente en la venta de las minas de Río Tinto a un consorcio financiero presidido por el banquero británico Hugh Matheson que daría lugar a la Río Tinto Company Limited, lo que traería abundante prosperidad siendo una de las mayores fuentes de ingreso con las que contaría Huelva durante varias décadas. Efectivamente, gracias a su labor de gestión a través de la cual consiguió poner en contacto a distintos inversores extranjeros, encabezados por Matheson, con las minas de la Cuenca Minera, posibilitó la creación de la poderosa empresa de capital británico Río Tinto Company Limited que fue titular de la explotación de las minas de Río Tinto desde 1873 hasta la década de los años 50 del siglo XX. Como consecuencia se convirtió en uno de los socios fundadores y representante de dicha Compañía en España y Portugal ayudando inmediatamente a enlazar mediante ferrocarril la Cuenca Minera con el entonces pequeño Puerto de Huelva, que además modernizó considerablemente para dar salida a la ingente cantidad de material proveniente de las minas. El activo ferrocarril minero supuso la construcción de una nueva línea de transporte que terminaba en el muelle cargadero de mineral de la ría de Huelva inaugurado en 1876 dejando de usarse en 1975 y que hace pocos años fue acertadamente restaurado pudiendo visitarse en la actualidad constituyendo uno de los referentes turísticos de la ciudad.

Muelle cargadero de minerales de la Río Tinto Company Limited.


jueves, 16 de junio de 2011

Eclipse total de Luna

En la noche del 15 de junio de 2010 hemos tenido la suerte de poder observar un eclipse total de Luna. El evento se ha visto en la mitad oriental de África, Oriente Medio, Asia central y el oeste de Australia. Los observadores de toda Europa nos perdimos las primeras fases del eclipse, ya que se produjeron antes de la salida de la Luna. Afortunadamente, la totalidad se ha podido ver en todo el continente, excepto en el norte de Escocia y el norte de Escandinavia.

Al ponerse el Sol en el horizonte, la oscuridad era más plena y la Luna, eclipsada, cambió de color. La Tierra se interpuso durante algo menos de dos horas entre el astro rey y nuestro satélite natural, ofreciendo un hermoso espectáculo. El máximo de ocultamiento se produjo a las 22:13 horas y a las 23:02 comenzaron a aparecer de nuevo los primeros rayos de la Luna llena, uno de los momentos más bonitos. Pasadas las doce, la Luna volvía a brillar redonda entera.

Como hemos dicho, la Luna cambió de color y se volvió rojiza. Esto es debido a que los rayos del Sol pasan a través de la atmósfera terrestre, se desvían, entran dentro de la sombra de la Tierra y provocan que la Luna tenga luz. Es el mismo fenómeno que hace que el Sol se vea rojo al atardecer. La intensidad del color rojo depende del estado de la atmósfera. Como se han producido una serie de erupciones volcánicas en los últimos meses, era muy probable que la intensidad de ese rojo fuese baja, debido al polvo de los volcanes, como de hecho ha sido.

El próximo eclipse total de Luna que podamos ver desde estas latitudes será el 27 de julio de 2018.

Os dejo una sucesión de imágenes del fenómeno.







miércoles, 8 de junio de 2011

Exposición en Punta Umbría sobre El hombre que nunca existió

Hasta el próximo día 15 se puede visitar en la Sala de Exposiciones José Caballero sita en la Avenida de Andalucía de la localidad costera onubense de Punta Umbría, la muestra que lleva por título “El hombre que nunca existió”. Organizada por Don José Morales con numerosas fotos, objetos, planos, mapas y recuerdos de toda una época que ha ido atesorando a lo largo de su vida en la que ha prestado gran parte de su tiempo a estudiar e indagar para conocer todo lo que tuviera algo que ver con el mayor acontecimiento sucedido en Punta Umbría en su corta pero intensa historia.

Sala de exposiciónes José Caballero de Punta Umbría.
En la columna de la izquierda aparece una foto de Ewen Montagu,
cerebro de la Operación Mincemeat.
Hemos tenido el honor de conocer en persona a Don José, historiador local, quien nos trató con desusada amabilidad mostrándonos las distintas partes de las que se compone la exposición a la vez que nos refirió interesantes datos y hechos relacionados con la Operación Mincemeat. Con él mantuvimos una prolongada y distendida conversación en la que intercambiamos conocimientos y pareceres sobre el asunto. Y gracias a este encuentro hemos conocido nuevas informaciones sobre los hechos ocurridos en torno al Mayor William Martin en abril de 1943. Da la sensación de que es un tema histórico que nunca se agotará porque es probable que nunca sepamos toda la verdad. Don José es amigo de Ben Macintyre, columnista y editor en The Times y también autor del último libro de investigación aparecido en el mercado, en el cual se quiere fijar definitivamente todo lo conocido hasta hoy además de revelar y aclarar aspectos de la operación que antes no se conocían suficientemente bien. Esto ha permitido a Don José tener acceso directo a las últimas averiguaciones lo que le convierte en persona más que acreditada para opinar y divulgar lo que se sabe sobre la aparición del Mayor William Martin en aguas de Punta Umbría.

En el centro de la foto aparece una maqueta de la canoa El Rápido
que trasladó el cuerpo del Mayor William Martin hasta Huelva
y a la izquierda un trozo de casco de lo que queda del barco.
Ahora también sabemos que en la actualidad Don José forma parte activa del desarrollo de un gran trabajo de investigación y puesta al día de todas las piezas del rompecabezas que se conocen hasta la fecha, todo lo cual se ofrecerá a la luz pública en 2020 coincidiendo con el 75 aniversario del fin de la Segunda Guerra. Por otro lado hemos sabido que muy pronto conoceremos también el resultado final de un documental sobre “El hombre que nunca existió” dirigido por la BBC en 2010 y rodado en parte en Punta Umbría. Como curiosidad diremos que durante el rodaje, el actor que interpretó el cadáver del Mayor William Martin fue vestido con las mismas botas, la misma gabardina y la misma cartera portadocumentos que llevaba el verdadero William Martin gracias a la generosidad del gobierno británico que los ha cedido habiéndose conservado durante tantos años en algún lugar del MI5.

Ha sido un placer haber compartido con Don José este rato de su tiempo contándonos tantas cosas de los protagonistas de este increíble episodio que cambió indiscutiblemente el curso de la historia. Desde aquí le enviamos nuestro agradecimiento más sincero y un cordial saludo con el deseo de vernos muy pronto para seguir hablando de Punta Umbría, su gente y su historia.