“Cuesta trabajo creer que
en pocas horas empezará la invasión a través del canal. Me siento muy inquieto
ante esta operación. En el mejor de los casos el resultado quedará muy, muy
lejos de las expectativas de la mayor parte de la gente, esto es, de aquellos
que no tienen ni idea de las dificultades que entraña. En el peor de los casos
quizá acabe siendo el desastre más espantoso de toda la guerra”. Alan Brooke,
mariscal de campo británico, 5 de junio de 1944.
Coincidiendo con la reciente celebración del 70 aniversario del
Desembarco de Normandía, quisiéramos comentar unas líneas sobre el que nos
parece el mejor volumen que se ha escrito hasta la fecha sobre el
acontecimiento.
Antony Beevor, oficial retirado del Ejército Británico, nos ofrece una minuciosa
revisión de la Batalla de Normandía en este ensayo publicado en 2009 por
la Editorial Crítica. Un libro con voluntad de ser referente y que, sin
duda alguna, lo será. Se trata de una poderosa narración difícilmente superable
que le permite alcanzar justa fama mundial. Es muy posible que el secreto de su
éxito se encuentre en su portentosa capacidad para dotar de carne y sangre, de
vida, a las criaturas históricas que pueblan el libro. Tras largos años de
trabajo en archivos que sus predecesores no pudieron consultar (más de treinta,
en media docena de países), ha escrito lo que nos parece una obra total sobre
la experiencia de la guerra: los preparativos de la invasión de Normandía por
las fuerzas aliadas, la disciplinada resistencia de los soldados alemanes, el
enfrentamiento, terrible, en las cabezas de playa, el penoso avance en
territorio francés con batallas tan fieras como las que se libraban en el
frente oriental, o el calvario de los civiles franceses masacrados por ambos
bandos.
A grandes rasgos, se disecciona la conquista de Normandía y el camino
hacia París, los acontecimientos que se desarrollan entre el 6 de junio y el 25
de agosto de 1944. Ni más ni menos. De este modo, una vez aseguradas las
cabezas de playa, seguimos a los ejércitos norteamericano y
británico-canadiense; los primeros, hacia Saint-Lô, la conquista de la
península de Cotentin y el camino hacia Bretaña; los segundos, hacia Caen,
Falaise y el camino a París. Un París por el que Eisenhower tenía pensado pasar
de largo, para dirigirse a la frontera alemana. Pero los acontecimientos fueron
cambiando, semana a semana, en función de los resultados militares, y la
apuesta por París –la carrera que Patton y Montgomery, con los franceses de De
Gaulle y Leclerc uniéndose casi al final– fue ganando enteros a partir de
mediados de agosto.
El texto está acompañado de numerosos mapas y planos además de una buena
colección de fotografías que ayudan a ilustrar merecidamente al lector los
sucesos descritos en la narración.
En la presentación del libro, Beevor declaró que la batalla de Normandía ha sido mitificada por culpa del cine y la
televisión, y que mucha gente tiene un concepto erróneo de lo que en realidad
significó el desembarco de las tropas aliadas, sin distinguir entre realidad y
ficción. No fueron héroes todos los que participaron en el desembarco.
Nos habla de las víctimas civiles, los franceses que sufrían bajas por parte de
los dos contendientes, el penoso avance por el territorio francés, las miserables
disensiones entre los jefes militares, y lo peor de cualquier guerra: los
heridos, los desnudos y los muertos. A través de cartas privadas, diarios de
soldados y antiguas entrevistas, el historiador ha podido reconstruir este
sangriento episodio de nuestra historia, de la historia de todos. Beevor
continúa con su particular mezcla de rigurosidad histórica junto con una
especial habilidad para conectar con los protagonistas de la
Historia, logrando un complejo equilibrio entre los aspectos personales y
los detalles bélicos de la contienda. El
peligro es que el conocimiento histórico de la mayoría de la gente procede de
películas y series de televisión, más que de los libros. Vivimos en una
sociedad post literaria donde la imagen es más importante y poderosa que la
palabra.
Un libro muy recomendable para aquellos amantes de la historia y de la
Segunda Guerra Mundial, que rompe algunos mitos y que ofrece nuevos puntos de
vista poniendo en su justa medida lo que se ha denominado “el día más largo”.
Antony Beevor |
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