jueves, 19 de junio de 2014

El día D: la Batalla de Normandía

“Cuesta trabajo creer que en pocas horas empezará la invasión a través del canal. Me siento muy inquieto ante esta operación. En el mejor de los casos el resultado quedará muy, muy lejos de las expectativas de la mayor parte de la gente, esto es, de aquellos que no tienen ni idea de las dificultades que entraña. En el peor de los casos quizá acabe siendo el desastre más espantoso de toda la guerra”. Alan Brooke, mariscal de campo británico, 5 de junio de 1944.

Coincidiendo con la reciente celebración del 70 aniversario del Desembarco de Normandía, quisiéramos comentar unas líneas sobre el que nos parece el mejor volumen que se ha escrito hasta la fecha sobre el acontecimiento.

Antony Beevor, oficial retirado del Ejército Británico, nos ofrece una minuciosa revisión de la Batalla de Normandía en este ensayo publicado en 2009 por la Editorial Crítica. Un libro con voluntad de ser referente y que, sin duda alguna, lo será. Se trata de una poderosa narración difícilmente superable que le permite alcanzar justa fama mundial. Es muy posible que el secreto de su éxito se encuentre en su portentosa capacidad para dotar de carne y sangre, de vida, a las criaturas históricas que pueblan el libro. Tras largos años de trabajo en archivos que sus predecesores no pudieron consultar (más de treinta, en media docena de países), ha escrito lo que nos parece una obra total sobre la experiencia de la guerra: los preparativos de la invasión de Normandía por las fuerzas aliadas, la disciplinada resistencia de los soldados alemanes, el enfrentamiento, terrible, en las cabezas de playa, el penoso avance en territorio francés con batallas tan fieras como las que se libraban en el frente oriental, o el calvario de los civiles franceses masacrados por ambos bandos. 

A grandes rasgos, se disecciona la conquista de Normandía y el camino hacia París, los acontecimientos que se desarrollan entre el 6 de junio y el 25 de agosto de 1944. Ni más ni menos. De este modo, una vez aseguradas las cabezas de playa, seguimos a los ejércitos norteamericano y británico-canadiense; los primeros, hacia Saint-Lô, la conquista de la península de Cotentin y el camino hacia Bretaña; los segundos, hacia Caen, Falaise y el camino a París. Un París por el que Eisenhower tenía pensado pasar de largo, para dirigirse a la frontera alemana. Pero los acontecimientos fueron cambiando, semana a semana, en función de los resultados militares, y la apuesta por París –la carrera que Patton y Montgomery, con los franceses de De Gaulle y Leclerc uniéndose casi al final– fue ganando enteros a partir de mediados de agosto.

El texto está acompañado de numerosos mapas y planos además de una buena colección de fotografías que ayudan a ilustrar merecidamente al lector los sucesos descritos en la narración.

En la presentación del libro, Beevor declaró que la batalla de Normandía ha sido mitificada por culpa del cine y la televisión, y que mucha gente tiene un concepto erróneo de lo que en realidad significó el desembarco de las tropas aliadas, sin distinguir entre realidad y ficción. No fueron héroes todos los que participaron en el desembarco. Nos habla de las víctimas civiles, los franceses que sufrían bajas por parte de los dos contendientes, el penoso avance por el territorio francés, las miserables disensiones entre los jefes militares, y lo peor de cualquier guerra: los heridos, los desnudos y los muertos. A través de cartas privadas, diarios de soldados y antiguas entrevistas, el historiador ha podido reconstruir este sangriento episodio de nuestra historia, de la historia de todos. Beevor continúa con su particular mezcla de rigurosidad histórica junto con una especial habilidad para conectar con los protagonistas de la Historia, logrando un complejo equilibrio entre los aspectos personales y los detalles bélicos de la contienda. El peligro es que el conocimiento histórico de la mayoría de la gente procede de películas y series de televisión, más que de los libros. Vivimos en una sociedad post literaria donde la imagen es más importante y poderosa que la palabra.


Un libro muy recomendable para aquellos amantes de la historia y de la Segunda Guerra Mundial, que rompe algunos mitos y que ofrece nuevos puntos de vista poniendo en su justa medida lo que se ha denominado  “el día más largo”.


Antony Beevor


domingo, 8 de junio de 2014

Rocío, Luz del Rocío.

Ave, María, Rocío, la llena de gracia, bendita Tú entre todas las mujeres que ha habido y que habrá, y aún más bendito el fruto de Tu vientre, el Pastorcito Divino del Rocío. Santa María, Rocío, Inmaculada, siempre Virgen, colaboradora preciosa de la Redención de la humanidad y del nacimiento de la Iglesia, Madre de los Apóstoles, partícipe y excepcional beneficiaria de la primera Pentecostés cristiana, Madre de la Iglesia, la del dulce Tránsito, la Asunta al Cielo, Reina de Cielo y tierra y Mediadora universal de todas las gracias, y nuestra Esperanza, nuestro Auxilio, nuestro Consuelo, nuestra Ternura y nuestra compañerita en las cosas del Señor. Santa, más que Santa, María, Rocío, Madre de Dios, Madre nuestra, Madre mía de mi alma y de mi corazón, ruega por nosotros pecadores ahora, ruega en la hora de nuestra muerte y danos Tu mano cuando llegue. Que así sea para vosotros y para mí. 

Escrito por D. Manuel Perales para el Pregón de la Hermandad del Rocío de Guadix en 2010.


Casa Hermandad de La Palma del Condado.

Pocito del Rocío.

Ermita de Ntra. Sra. del Rocío.

Imagen de la Virgen del Rocío en el Real de la aldea.