viernes, 1 de abril de 2011

María del Valle

La he visto más guapa y preciosa que nunca. Ha vuelto a bajar a la tierra para recibir el beso devoto de sus hijos. María del Valle con sus ojos verde oliva de llanto incontenible y serena hermosura. Reina coronada de nobleza y finura, Emperatriz celestial y Dama de Dios escogida. Con su rosa de pasión en la mano y su cruz de esmeraldas sobre el pecho. ¡Claro que está guapa! ¡Ay, María del Valle! Hoy tu lloro no es de tristeza sino de alegría porque tienes a la vera a tu hijo Manuel que tanto te quiso. Ave María, bendita Tú seas…





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