Cuentan los libros que había esculpido en su taller una imagen real del Hijo de Dios cargado con la cruz camino del Gólgota.
Cuentan que era un prodigio ver caminar aquella obra por las calles en la noche del Jueves Santo y que sólo su existencia era suficiente para dar nombre a la Semana Santa de la ciudad.
Cuentan que iba presto a su encuentro a la vuelta de cualquier esquina sin lograr salir de su asombro ante tanta perfección nacida de sus manos.
Cuentan que cansado de no poder creer que aquel prodigio fuera tan cierto y real, quedando a solas con Él, le miró y sin ningún temor le dijo:
- ¡Habla!
Juan Martínez Montañés |
Que anécdota tan bonita, querido Tanqui, y que cierta!!, y especialmente contada por ti con tanta dulzura y sencillez. Un beso
ResponderEliminarMuy bonita la pagina, ha cambiado mucho está más fresca y la foto de cabecera espectacular.
ResponderEliminarYo también creo que los sueños se pueden hacer realidad solo hay que luchar por ellos.
Un besoo