jueves, 7 de marzo de 2013

¿Cuánto podemos aprender?

¿Cuánto puede aprender una persona? ¿Hasta cuándo puede aprender cosas nuevas un cerebro humano? ¿Cuál es la capacidad máxima de nuestra mente?

Éstas son preguntas que se encuentran sobre la mesa hace muchísimo tiempo. Su respuesta no es rápida y sencilla, requiere un ejercicio de análisis y reflexión a poco que queramos aproximarnos a una conclusión más o menos aceptable.

Desde que nacemos, incluso ya en el vientre materno, estamos aprendiendo cosas, es decir, desde muy temprano nuestro cerebro está en condiciones de recibir y almacenar datos que le serán útiles para su inmediata evolución. Hoy sabemos que en los primeros 8 años de vida de una persona, el aprendizaje y captación de información es determinante dada la disposición natural del cerebro a esta actividad como si fuera un cuaderno de hojas en blanco pendiente de ser escrito. Obviamente, a cualquiera se le puede ocurrir que este cuaderno en blanco tenga una determinada capacidad o extensión que se pueda acabar en algún momento. Sin embargo, antes de ocuparnos de ello debemos considerar otro aspecto importante de la cuestión, y es que el cerebro del ser humano tiene la facultad de olvidar. Es decir, puede desechar información que no le resulta útil ni necesaria y de alguna manera liberar espacio. Esta característica nos hace pensar que la capacidad cerebral no es del todo limitada ya que podemos disponer de más espacio a lo largo de la vida conforme el cerebro vaya eliminando todo aquello que le resulte obsoleto. No obstante, sigue siendo lógico preguntarse cuánto puede aprender nuestra mente. Algún límite debe haber. Otra cosa es tener la certeza de que algún ser humano pueda alcanzar dicho límite. Si fuese así, ¿qué le pasaría entonces a esa persona? Si no estoy equivocado, creo que no se conoce ningún caso hasta la fecha, y si se me permite una opinión muy personal, creo que nunca se llegaría a tal situación porque en el cerebro deben prevalecer necesariamente los mecanismos de reciclado e higiene antes que sucumbir al colapso o bloqueo de las actividades propias. Es decir, el cerebro se autoprotege de su propia actividad de aprendizaje de manera que nunca deja de limpiar y eliminar todo aquello que le sobra para que el trasiego de información no cese nunca. Es una forma de asegurarse seguir siendo un cerebro sano y activo con el medio que le rodea. Por eso creo que no debemos preocuparnos por quedarnos sin espacio para la memoria a lo largo de nuestra vida. Decía el ilustre Carl Sagan que nuestra capacidad de almacenaje era equivalente a la de 10 billones de páginas de enciclopedia, es decir, ¡¡como unos veinte mil millones de volúmenes de enciclopedia!!

Carl Sagan
Pero volviendo a la pregunta de cuánto puede aprender nuestra mente, tratemos de encontrar una respuesta aproximada partiendo de la base de que es muy complejo calcular de forma exacta la capacidad de almacenamiento del cerebro dado que aún no se dispone de ningún medio o método fiable para dicho cálculo. Ahora bien, actualmente se estima que el cerebro humano está formado por unos mil millones de neuronas y que una sola neurona puede llegar a alcanzar cien mil sinapsis, o sea, cien mil conexiones con otras neuronas. Sin embargo, la media está entre 5.000 y 10.000, incluso algunos autores defienden que la cifra ronda las 1.000 sinapsis. Como lo que nos interesa aquí es el máximo de información que somos capaces de memorizar, tomaremos el dato de cien mil conexiones. A partir de aquí se puede hacer un cálculo de las sinapsis que pueden darse. ¡¡Cien billones de conexiones!!

Neuronas y sinápsis
Finalmente podemos decir, como aproximación, que a la luz de estas cifras, al cerebro se le supone una capacidad de procesamiento de la información de un exaflop, equivalente a la capacidad de procesamiento de doscientos cincuenta mil ordenadores de sobremesa actuales. Y además se le puede suponer una capacidad de memoria de 500 petabytes (Pb), equivalentes a la memoria de quinientos mil ordenadores como los de hoy.

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