domingo, 30 de diciembre de 2012

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Estrenamos nuevo año. 2013 se llama. Hijo del peor tiempo que ha padecido esta tierra desde hace más de 70 años. Son muchas las generaciones de españoles que están viviendo en sus carnes la tragedia del paro, la pobreza, el hambre y el deshaucio de sus casas. El gobierno anterior nos legó un país hecho trizas y el actual trata de arreglar el desaguisado recortando y ajustando gastos, creando nuevos impuestos que ahogan lentamente a la población ya de por sí mermada en su economía, y obligando a una aplastante austeridad que asusta al más pintado. La división social está servida. Nunca antes en tantos años había estado tan dividida esta sociedad nuestra. División…

Personalmente espero muy poco de 2013 como también esperé aún menos de 2012 y no me fallaron mucho los vaticinios. Este drama de la destrucción del tejido económico-social no podrá solucionarse en uno o dos años. Siempre se ha dicho que es mucho más fácil destruir que construir. No creo que 2013 traiga los ansiados brotes verdes, al menos para el español de a pie. La macroeconomía es otra cosa y los números gordos igual cambian un poco de ropa. Pero la cartera del español medio va a seguir sufriendo de lo lindo. Obviamente nos han robado la ilusión, el ánimo y hasta la esperanza de ser ciudadanos europeos en un país modélico en tantas cosas como ha sido España anteriormente. Sin embargo no podemos permitirnos dejar caer los brazos entregados a la desidia y la triste derrota.

Ahora, más que nunca, debemos luchar unidos para sacar esto adelante. Tanto que se habla de globalización y de barreras que van desapareciendo, es evidente que las soluciones pasan por globalizar esfuerzos a través de la unidad de comunidades y pueblos. Precisamente ahora no es el camino ir cada uno por su lado. ¿Qué son los Estados Unidos? 50 comunidades unidas desde hace más de 230 años que han conseguido lo que todos sabemos. Europa apuesta por una fórmula muy parecida aunque necesita ser depurada un poco más. Pero España está lejos aún de alcanzar ese modelo de recuperación que conduce necesariamente a la unidad de criterios y objetivos, a remar juntos en el mismo barco y en la misma dirección. Hoy ya no es posible avanzar sin asociarse, sin tener aliados y apoyos externos. Quien no entienda y asuma esto se quedará fuera del escenario. El mundo tiende a este comportamiento desde hace algunos años y lo hace a una velocidad cada vez mayor. El tren pasa y hay que subirse. Si queremos derrotar a la crisis debemos luchar contra las personas. La crisis no tiene brazos, piernas o cerebro, es decir, la crisis no existe como ente físico. La crisis es el resultado de la conducta de las personas y contra ellas va dirigida esta batalla. Hay que modificar actitudes y maneras de comportamiento social. Hay que cambiar la forma de gastar, de ahorrar, de gestionar y hasta de pensar en cómo funciona hoy un país dentro de una comunidad como la europea o la occidental si se quiere. No nos engañemos. Es hora de actuar pensando en el vecino como aliado siendo nosotros también aliados suyos. No hay otra. Internet y las Redes Sociales (RRSS) serán determinantes para el inmediato desarrollo de este mundo. El ritmo será vertiginoso y habrá que estar preparados para asimilar cambios y aprender nuevos modelos sociales. Adelante. Juntos podemos…


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