Por noviembre, cuando la luz de nuestros ojos se hace mortecina y los primeros soplos de frío abrazan obedientes el aire del nuevo día. Por noviembre, cuando esta mujer de gracia llena nos revela su mirada perdida en enorme amargura que parece hablar y decirnos lo que ya está escrito en los altos muros de su casa:
“Ne vocetis me Noemi, sed vocate me Mara,
quia valde me amaritudine replevit Omnipotens."
No me llaméis más Noemí, llamadme Mará, porque el Todopoderoso me ha llenado en extremo de Amargura.
(Del Libro de Rut.)
(Del Libro de Rut.)
María Santísima de la Amargura, Hermandad de la Amargura (Sevilla) |
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