Aseguran que es el mayor tesoro que un ser humano puede albergar: sus amigos. Creo que es verdad, sin ellos no somos nada, casi nada. Por uno mismo y su naturaleza se puede ser un individuo concreto con todas sus atribuciones, pero los que nos dan la justificación y definen quiénes podemos llegar a ser, son nuestros amigos. El refrán que dice dime con quién andas y te diré quién eres es muy cierto. Aparte se encuentra la familia, que bajo mi punto de vista es el bastión sobre el que se debe sustentar el desarrollo social de la persona, pero nada como los amigos, y si son buenos amigos entonces miel sobre hojuelas. Y es que los buenos amigos, los que se llevan siempre en el corazón, esos son los que dan sentido a la vida de cada persona y la ayudan a crecer en confianza y seguridad.
Por eso hoy quiero dedicar mis letras a la amistad, a los buenos amigos y a todos aquellos que dicen poseer este tesoro. Porque con ellos hemos aprendido valores imprescindibles en la vida como son la lealtad, la fidelidad o la confianza, y además compartimos alegrías, penas, triunfos y derrotas. Pero pienso que lo más importante es saber que pase lo que pase siempre estarán ahí aunque transcurran los meses y los años sin verles, no importa, la mano tendida y la sonrisa presta nunca van a dejar de estar. Tener un buen puñado de grandes amigos es garantía de no caminar solo en la vida y crecer siempre en riqueza espiritual bajo el amparo del cariño y la lealtad que nunca dejan de brindarnos. Gracias, muchas gracias a todos mis amigos.
Por eso hoy quiero dedicar mis letras a la amistad, a los buenos amigos y a todos aquellos que dicen poseer este tesoro. Porque con ellos hemos aprendido valores imprescindibles en la vida como son la lealtad, la fidelidad o la confianza, y además compartimos alegrías, penas, triunfos y derrotas. Pero pienso que lo más importante es saber que pase lo que pase siempre estarán ahí aunque transcurran los meses y los años sin verles, no importa, la mano tendida y la sonrisa presta nunca van a dejar de estar. Tener un buen puñado de grandes amigos es garantía de no caminar solo en la vida y crecer siempre en riqueza espiritual bajo el amparo del cariño y la lealtad que nunca dejan de brindarnos. Gracias, muchas gracias a todos mis amigos.
Muchos tenemos esta suerte y a veces pienso que no es merecida.
ResponderEliminarTengo mucha suerte de tener amigos, y que tú seas uno de ellos.
Un abrazo grande.
Juan Belmonte, matador de toros.
Preciosa reflexión y, como siempre, maravillosamente bien escrita. Gracias querido Luis por compartirla, para que nos paremos a valorar los grandes amigos que tenemos y Gracias por darme, tu amistad y apoyo. Un beso
ResponderEliminarY gracias a ti por ser como eres y compartir también un pedacito de amistad con nosotros.
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