¿Qué te pudiera contar yo, Madre mía?
¿Qué te pudiera contar que no vieras tú
manifiesto en mis pobres ojos al rezarte,
cuando fuiste Pastora de nuestras almas?
¡Cuando fuiste Pastora hermosa, Madre mía,
Pastora de las marismas, Pastora soberana!
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