Hoy
queremos compartir que muchas veces nos hemos preguntado cuánto tiempo tardaron
las personas que vivieron entre 1914 y 1918, y entre 1939 y 1945, en darse
cuenta de que estaban en medio de una guerra mundial. No creemos que fuera muy
pronto a juzgar por la naturaleza de los medios de comunicación de
la época en comparación a los que existen hoy. Nosotros pensamos convencidos que
estamos pasando por esa experiencia y que llevamos ya casi dos años viviendo inmersos en una guerra mundial absolutamente desconocida y fuera de nuestro
entendimiento. Una guerra mundial del siglo XXI que no se desarrolla en ningún
frente concreto con soldados, disparos y bombas sino que pacíficamente abarca
toda la faz de la Tierra porque la desgracia que trae consigo es capaz de alcanzar
cualquier rincón por remoto que sea. Es una guerra en la que todos somos
víctimas potenciales y todos estamos sometidos a la dura tarea de tratar de
sobrevivir cada día de nuestra existencia. Ahora el enemigo no es una nación
o un conjunto de ellas, sino una diabólica creación biológica que es capaz de
llevarse silenciosamente por delante a miles de personas en cuestión de horas o
días. Y sus sencillas armas son los propios mecanismos que la vida ha
desarrollado a lo largo de la evolución para replicarse y perpetuarse.
Sin embargo, también ha sido necesaria la cooperación de agentes humanos ubicados
en distintos sectores de la sociedad que se han convertido en los verdaderos
responsables de esta nueva hecatombe que asola el planeta y lo conduce
irremediablemente a sus próximos destinos nada deseables. Ésos responsables
tienen nombre y apellidos, ya se sabe quiénes son, dónde están y cuáles
son sus siniestras intenciones. Lo que tenga que suceder después de esta
ignominiosa guerra sólo lo saben ellos porque ya lo están preparando a
escondidas aprovechando el poder que ostentan. Estamos luchando por nuestra
supervivencia sin saberlo, porque nadie lo ha declarado, en medio de una guerra
mundial sin precedentes que acabará convirtiéndose en un nuevo punto de inflexión
de la historia, y no sabemos cuánto tiempo durará este aberrante capítulo, pero
estamos seguros de que, como en las ocasiones anteriores, los ejércitos del bien
terminarán por despertar y rebelarse venciendo a los del mal.
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