Desde donde alce el vuelo ausente
la mirada hasta perderse en los altillos
del tiempo como un susurro a voces
que al punto la eternidad atraviese,
desde donde el más tímido recuerdo
suspire en silencio ahíto de esperanza
para convertirse en beso elocuente,
existe amable un sereno azul infinito
de muy remotos pensamientos curados,
ocultos a conciencia entre el fugaz brillo
de los ojos y el sentido mayor del alma,
nada que cielos y tierra no entiendan,
obra que la firme cadencia de las horas
anuncia cerrada la noche sin reservas.