¿Pero cómo no se iban a alarmar los macarenos?
¿Acaso no es la misma Virgen que celosamente
guardaron en un cajón de madera para protegerla hace casi 90 años?
¿Cómo no se iban a alarmar los macarenos?
¿Acaso no es ella la mocita de San Gil de la que
tanto han hablado los sevillanos en los últimos siglos?
¿Pero cómo no se iban a alarmar los macarenos?
¿Acaso no es esta la Virgen de la que tanto han
escrito tantos poetas llenando cientos de libros?
¿Cómo no se iban a alarmar los macarenos?
¿Acaso no es esta la imagen de María a la que
acompañan en su palio y se arroban al ver la luz del alba acariciando su cara
el Viernes Santo?
¿Pero cómo no se iban a alarmar los macarenos?
¿Acaso no es esta la Virgen a la que todos los
pregoneros se refieren enamorados cada Domingo de Pasión por la mañana?
¿Cómo no se iban a alarmar los macarenos?
¿Acaso no es ella la causa de sus alegrías y sus
desvelos, y el consuelo y la esperanza de las penas de cada día?
¿Pero cómo no se iban a alarmar los macarenos?
¿Acaso no saben ellos que es la Virgen que a su paso
hace brotar el llanto y enmudece las palabras innecesarias?
¿Cómo no se iban a alarmar los macarenos?
¿Acaso no es esta la misma Virgen de la que hablan
milagros personas que nunca antes se habían encontrado con ella?
¿Pero cómo no iban a alarmarse los macarenos?
¿Acaso no es ella a la que de generación en
generación nunca se cansan de proclamar en su grandeza como la única y
verdadera Madre de Dios?
¿Cómo no se iban a alarmar los macarenos...?